martes, 4 de febrero de 2014

“Sin comunicación no hay política” afirma Patricia Yallico, documentalista kichwa


Patricia Yallico integra un colectivo que documenta el quehacer político de los pueblos y nacionalidades originarias de Ecuador. Presentó durante el festival de cine Buenos Aires Indígena (BAIn) el Sumak Kawsay, docu-ficción que indaga en el Buen Vivir, un nuevo paradigma de vida que los indígenas proponen a la humanidad.

Télam, 30 de enero, 2014.- La realizadora del pueblo waranka y la nacionalidad kichwa contó en una entrevista con Télam qué principios enmarcan el registro audiovisual iniciado hace cinco años por una convocatoria de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) a la que todo el tiempo llama “la organización”.

Afirmó “no somos una productora porque no estamos para ganar plata sino que tenemos la necesidad de contar las cosas desde nuestra propia voz”.

- ¿Quiénes integran la Corporación de Productores Audiovisuales de las Nacionalidades y Pueblos (CORPANP)?

Migrados en Quito nos juntamos para ver qué podemos aportar a la organización. Yo soy de la nacionalidad kichwa que está en la sierra y la amazonia pero hay compañeras de los pueblos pastos (frontera con Colombia); los saraguros del sur (frontera con Perú) y también del centro del país. Creemos que la lucha no se hace solamente a través de los políticos sino del quehacer organizativo y en este caso comunicacional.

- Hiciste hincapié en la importancia de la formación política ¿cómo sería eso en el caso de los pueblos indígenas?

Nos vamos transformando tenemos una cultura muy cambiante y un ejemplo de esto es que hay muchos compañeras y compañeros que siendo indígenas gustan de su individualidad y lo que hacen es para sí mismos. Tienen sensación de un supuesto “progreso”. Además el sistema es muy homogeneizante y hace que vayamos cambiando que pensemos “soy indígena pero yo quiero casa, carro y todo lo demás”. Por supuesto tenemos derecho a eso pero no a costa de la cultura y la identidad.

- Entonces ¿qué piensan, cómo creen que se contrarresta la enorme influencia del sistema?

A través de la formación política que no significa ‘voten por’ sino que sirve para reconocerse como indígenas y hablar y debatir por qué es importante la organización. Si en verdad esta ha aportado a la construcción del ser humano runa. Eso es la formación política porque sino cuando somos individuales somos fácilmente absorbidos pero si somos parte de una organización y tenemos conciencia política podemos estar en la ciudad saber dónde está el objetivo, qué hay que hacer y cuál es el camino.

- ¿Es una batalla por los valores, un estilo de vida, una cosmovisión contra otra?

Nos ha costado mucho poder reconocernos, primeramente como pueblos indígenas. Esas luchas vienen desde los 70 y los 80 con los compañeros dirigentes que han abierto el camino al luchar por el agua, la tierra, la educación bilingüe.

Luchamos por mantener los espacios, es bien bonito reconocerse, por ejemplo, ahora los compañeros y compañeras que estamos vestidos con la ropa nuestra, el idioma está muy arraigado y se habla donde sea. También tenemos una rama de compañeros jóvenes que se cierran mucho y dicen: “acá el que no habla quichua ya no es indio, ya no es runa” entonces ya no es reconocido.

Hay un debate muy fuerte porque decimos ‘está muy bien el idioma, nadie niega que hay que recuperarlo’ pero hay otros valores también como la reciprocidad, la complementariedad, el respeto y un montón de cosas que van de la mano. Porque ¿qué haces sin la organización y esos otros principios? Eres un indio que habla quichua pero individual, que busca enriquecerse. No es que se critica el querer tener un carro o una casa, tenemos derecho, podemos hacerlo pero se critica cuando se vuelve mercancía cuando eso es lo último que perseguimos toda la vida, cuando dejamos a la organización fuera de nuestro quehacer diario.

- ¿Entonces ustedes buscan reflejar a través de su trabajo periodístico la lucha de los pueblos indígenas?

Vamos viendo que otras luchas nos permitieron el acceso a la educación, a la salud. Eso no es gratis no es dado por el Estado o el gobierno de turno por más discurso de izquierda que tenga. Son procesos y luchas que han venido desde los 70, esas luchas, esas muertes, esos levantamientos, ese proceso y este resultado es la acumulación de todas esas fuerzas.

Le contamos y hacemos ver a la gente que es la organización quien nos permite estudiar o viajar o lo que sea. Si no fuera por esa lucha seguiríamos siendo hijos de hacendados, ellos violando a nuestras madres viviendo del huasipungo, que es un terrenito chiquitito en la hacienda por el que tienes que trabajar la vida entera gratis. Tú y tu familia. Eso es el huasipungo. El que cuida esto es el huasipunguero. Entonces, seguiríamos siendo eso pero son esas luchas, esos hombres y mujeres que han venido y que ahorita sí están en la organización, con errores, pero están. Siempre hay debate y complicaciones pero así como hay compañeros y compañeras que buscan el interés individual hay otros que dejan sus familias, sus novios, sus amantes o lo que sea por creer en la organización.

FUENTE: SERVINDI