viernes, 22 de agosto de 2014

Radios comunitarias en vías de extinción, una voz más que EPN busca callar




La democracia como tal, no existe; el México contemporáneo ha optado por una democracia, sí, pero representativa, y es ahí donde surgen los problemas, en la representación reflejada enlas Cámaras Alta y Baja del Congreso de la Unión, que en teoría se encargan de legislar a favor del pueblo y en la praxis legislan a favor del Estado y de un grupo élite empresarial.

Lo mencionado en líneas pasadas sirve como marco de referencia para entender bajo qué criterios y cómo es que son otorgados los permisos y concesiones a los medios de comunicación que utilizan el espectro radioeléctrico.

Dentro de la Constitución, el espectro radioeléctrico es de la Nación y dicha afirmación podría interpretarse como que es un bien del pueblo pero esa suposición es una falacia. Con la Reforma en Telecomunicaciones propuesta por Peña Nieto en el 2012, se creó el Instituto Federal de Telecomunicaciones, un organismo dedicado a regular, promover y supervisar el uso, aprovechamiento y explotación del espectro radioeléctrico, que sustituyó a la COFETEL.



Actualmente en el país existen 1483 emisoras de radio, de las cuales el 77.2% son comerciales y se encuentran acaparadas por un reducido grupo de 10 empresas: Radiorama, ACIR, Radiocima, Somer, Promosat, RASA, MVS Radio, OIR y Ramsa-Radio Fórmula.

Hasta el momento en México sólo se han otorgado 20 permisos a las radios comunitarias y el resto de ellas operan bajo la clandestinidad. Dentro de la Reforma en Telecomunicaciones, en un logro histórico, las radios comunitarias fueron reconocidas pero con la aprobación de la Ley Secundaria que entró en vigor este 13 de agosto, se les volvió a meter una zancadilla mediante un vacío legal, que no reconocerá sus particularidades y las obligará a someterse a los mismos criterios que una radio comercial; se discriminarán a las comunidades rurales e indígenas al obligar a las radios sociales a transmitir en altas frecuencias para que los radioescuchas tengan difícil acceso y la calidad de la transmisión sea mala debido a la geografía donde comúnmente operan.




Por si fuera poco, esa ley contempla multas por hasta 82 millones de salarios mínimos para quienes tengan radios comunitarias sin permiso; la confiscación de bienes y equipos y acciones penales en contra de sus colaboradores, equiparables al robo de combustible a Pemex.

Tan sólo durante este año, ya han detenido a 4 ciudadanos por operar medios sociales sin permiso y su detención se ha realizado como si fueran asesinos o secuestradores, con violencia e ingresados a penales de alta seguridad junto a narcotraficantes y criminales de alta peligrosidad; sin tomar en cuenta a todos los ya que han sido detenido desde el 2008.




Casi todos los detenidos fueron acusados por el delito de “contaminación auditiva”, mucho antes de que entrará en vigor la legislación y posteriormente se les atribuyó el cargo de “uso indebido de un bien de la Nación”

Tanto la AMARC, como la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la ONU y la Corte Interamericana de Derechos Humanos han condenado las acciones propuestas en la ley y han considerado que el uso de una frecuencia no autorizada no debiera constituir un delito, sino una falta administrativa.

Para el Gobierno las radios comunitarias son un peligro; en primera por no lucrar y en segunda porque suelen funcionar en contra de los ideales políticos tradicionales y a favor del pueblo, ya que siempre luchan por las libertades y garantías de los ciudadanos, en especial de los grupos vulnerables para otorgarles dignidad y respeto.

Otra de las funciones que persiguen las radios sociales ha sido el preservar las tradiciones y la identidad cultural de cada región, para configurar un México diverso y más justo, donde la democracia tenga un verdadero significado social.

Antes los medios comunicativos servían al gobierno y ahora con los cambios en la legislación ha quedado muy claro que el gobierno le sirve a los medios comerciales, que se vislumbran como gigantescos monstruos empresariales que redireccionarán el rumbo del país hacia una Mediocracia.

En contraparte, las radios comunitarias han encontrado fuerzas desde sus entrañas para concebir una sociedad diferente en donde las voces cobren sonido; las raíces y costumbres no mueran, el orgullo autóctono vibre y primordialmente un México donde la equidad sea la piedra angular que impulse el desarrollo de un país inmensamente rico en talento humano.



FUENTE: THE INSIGHTERS