miércoles, 9 de junio de 2010

Nuestra palabra / Chirapaq

Doña Luisa, mujer quechuahablante, madre de 4 hijos, vino a Lima para educar a sus hijos con la venta de lechuga para gallinas que compraba en alguna chacra cercana a su precaria vivienda. Ella desaparecía de su puesto de ventas todos los domingos desde el mediodía.
Su familia la esperaba ya de noche. Se juntaban en una mesa redonda y Luisa empezaba a contar toda la información que había recogido de las paisanas y paisanos a quienes había visitado. Quiénes se casaron, quiénes murieron, viajaron, o perdieron las polleras en alguna fiesta tradicional, era la información fresca que traía y contaba con risas y gestos. Los hijos decían ¿y qué más, y qué más? Y la llamaban “La periodista”.
Cuando hablamos de comunicación indígena tenemos retos de doble vía: la comunicación intracultural que, por cierto, está pendiente de conocer a profundidad. Podríamos llamar a la comunicación hacia y desde afuera, como la comunicación intercultural que está basada principalmente en el uso de los medios de comunicación existentes, desde el altoparlante hasta el internet, según sea el caso.