viernes, 15 de marzo de 2013

El Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas de la CDI, estancado por falta de recursos: opinan expertos


·         El Sistema cuenta con 21 estaciones de radio ubicadas en diversos estados del país con mayor presencia de población indígena.

·         En los últimos años, el Sistema ha estado en un estancamiento por falta de recursos.
                                             

A pesar de ser el Sistema de Radiodifusoras más grande del país, al contar con 21 emisoras, el Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas (SRCI) de la CDI, opera en malas condiciones debido a mala planeación, falta de organización y poca distribución de recursos gubernamentales en los últimos años, aseguró José Manuel Ramos, doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM.

Durante la segunda sesión del Tercer Seminario de Radio y Comunicación Indígena, que se realiza en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, se trató el tema de “Las Radiodifusoras Culturales Indigenistas de la CDI”, Ramos detalló que las estaciones que componen este Sistema, están ubicadas en 15 estados diferentes con gran densidad de población indígena y cubre en su totalidad a las lenguas indígenas más importantes, así como sus variantes.

Sin embargo, México se encuentra muy retrasado en cuanto al concepto de radio comunitaria, pues fue hasta 1976 cuando comenzó a desarrollarse dicho sistema, el cual tuvo como primera emisora la XEZV la Voz de la Montaña, fundada en 1979 en Tlapa, Guerrero.

“Realmente este sistema se constituyó desde los años 80 y 90, pero dejó de crecer. Para el año 2000 había 20 estaciones de radio y ese número se mantuvo hasta que se inauguró una más en noviembre pasado, en Durango”, explicó el también investigador en la Facultad de Comunicación de la Universidad Autónoma de Puebla.

Asimismo, la investigación referente a este Sistema de Radiodifusoras ha sido poca, pues hasta 2005 se hizo una investigación con muestras estadísticas representativas y bien elaboradas, donde resultó que estas radios siempre están en los primeros lugares de preferencia de la gente que habita dichas regiones.

Además, la audiencia de dichas estaciones es muy fiel, pues las suelen escuchar todo el día y todos los días; y, pese a tratarse de auditorio adulto y adulto mayor, los jóvenes las consideran un gran acierto.

“Los jóvenes prácticamente no la escuchan, o la escuchan muy poco. Sin embargo, los jóvenes la aprecian (a la radio indígena) en gran medida. Son quienes mejor la califican. En parte se debe al movimiento ideológico, intelectual surgido luego del zapatismo. La población joven comenzó a tomar consciencia y voltear a esos pueblos, por lo que valoran a la radio indígena”, aseguró.

De acuerdo con el investigador, estas radios tiene entre funciones centrales la de de brindar servicios a la comunidad a través de avisos, pero, debido al flujo de de gente que ha salido de la región o del país, los mensajes transmitidos llegan de fuera.

Por otro lado, al analizar el contenido de los avisos, explicó, en muchas regiones se constató que los avisos provenían de grupos organizados e iban dirigidos a los mismos grupos, por lo que estos sistemas ayudan suplir deficiencias para la comunicación y apoyan en la vida organizada de estas regiones.

José Manuel Ramos lamentó que el sistema de radiodifusoras ha trabajado por muchos años en condiciones precarias, pero con la aplicación de recursos se podría trabajar por construir sistemas avanzados, equitativos y equilibrados.

“(Estos sistemas) Podrían ir a una lógica mucho más racional, más multicultural, con mayor equidad, pero la situación que viven los pueblos indígenas es grave”, dijo.

Por su parte, Citlali Ruiz Ortiz, ex directora de este Sistema explicó que la mala planeación, la falta de organización y poca distribución de recursos gubernamentales han provocado el poco crecimiento del mismo.
La actual directora de radiodifusoras del Instituto Mexicano de la Radio (IMER) mencionó que pese al aprecio de las nuevas generaciones hacia estos medios, las condiciones en las que opera este sistema de radios no es la adecuada.

“Uno esperaría que estos medios se desarrollaran, tuvieran más recursos para estar al día en cuestiones tecnológicas para evitar su desaparición, así como ofrecer mejores salarios para los comunicadores indígenas”, manifestó.

Asimismo, propuso que dichas emisoras indígenas podrían hacer frente al problema de la pérdida de lenguas indígenas, pues podrían servir como medio de difusión de las mismas.

“Hay regiones donde hay población indígena relevante y casos donde hay población con lenguas en riesgo. Se podrían construir pequeñas emisoras, centros de distribución con un pequeño transmisor que cubre la comunidad, se guarda la memoria y se practica la lengua”, detalló la directora de radiodifusoras del IMER.

Finalmente, Citlali Ruiz explicó que, aunque tienen gran reconocimiento y hay regiones que deberían contar con estos medios, el principal problema al que se enfrentan estas radios son los recortes a sus recursos, por lo que trabajan en malas condiciones.