miércoles, 11 de marzo de 2015

Migrantes vuelven a aprender idiomas indígenas a través del arte y la literatura


Familias de diversos estados mexicanos que residen en Nueva York se reúnen para volver a aprender y revitalizar sus lenguas indígenas, a través del arte, la tradición oral y la literatura. Como miembros del proyecto Iguana Azul, los migrantes, junto con sus hijos, escriben, leen y corrigen sus propios cuentos y poemas en náhuatl, mixteco, tlapaneco y otros idiomas. Para algunos, la lengua indígena es su lengua materna. Otros apenas los están comenzando a aprender. Marco Vinicio González estuvo en la conmemoración en Nueva York de los 10 años de vida del taller Iguana Azul.


“(frag., tlapaneco)…Hola, mi nombre es Zenaida Cantú, mi pueblo es Malinaltepec, Guerro, y me da mucho gusto que estemos todos aquí, para rescatar nuestra lengua y que siempre siga viva”


Zenaida Cantú, quien acaba de expresarse en tlapaneco, forma parte del taller Iguana Azul, que reúne en la ciudad de Nueva York a familias inmigrantes indígenas, de diversas culturas de México, para aprender o reforzar su lengua autóctona.


Se escucha a Judith Santopietro en náhuatl introduciendo el taller… Lenguas indígenas Nueva…

La directora del taller y fundadodra de Iguana Azul, Judith Santopietro


“Iguana Azul es una plataforma que se dedica a revitalizar las lenguas indígenas a través de manifestaciones como el arte, la tradición oral y la literatura”


Judith Santopietro fundó Iguana Azul, junto a otras personas en México en 2005, porque dice que allá no hay suficientes espacios para revitalizar las lenguas indígenas. En días pasados celebró los diez años de este proyecto en un taller con familias inmigrantes de distintas partes de México. Fue un evento de poesía, de tradición oral y de historias de migración en lenguas indígenas y en español. Con esta celebración terminó la primera etapa de talleres en Nueva York.


Transición con sonido ambiental del taller…
Magnolia Ortega es una mujer mixteca, y ha trabajado duro, dice, para recuperar su idioma; ella ha encontrado en Nueva York el espacio y la libertad para ensayar su lengua materna, sin el estigma que recibía en México cuando hablaba en su idioma original:


Magnolia Ortega leyendo

“(Comienza en mixteco)… Esta es nuestra lengua materna, es con la que nacimos. Es la que utilizamos de niños, para nombrar y contar las cosas que nos rodean: la naturaleza, y la sociedad”


La lectura de los inmigrantes que participaron esa noche en el taller estuvo impregnada de nostalgia por el pueblo que se quedó atrás.


“(frag. en mixteco)… Mi nombre es Arnulfo Dávila, tengo 35 años, vengo de un pueblo llamado viejo, que está al pie del cerro de la máscara, soy mixteco, o hombre de la lluvia…”

Arnulfo Dávila

Zenaida Cantú:
“Como extraño a mi bello pueblo donde nací, que me recuerda nuestras costumbres y tradiciones… Te tiende su mano sin esperar nada a cambio, donde aprendí la amistad, el respeto y los valores… Si la vida fuera como quisiéramos, si pudiéramos tener las cosas al mismo tiempo, jamás estaríamos lejos, mi querido pueblo”. Aplausos.

Marlene Morales

“Yo me llamo Marlene Morales, y les voy a enseñar unas palabras en mixteco. Chivo, en mixteco se llama…, conejo, en mixteco es… gato en mixteco…”, risas de niña.
El taller terminó con la entrega de los ejemplares de sus textos escritos que los propios participantes fabricaron con materiales reciclables de cartón pintados a mano.

Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde la ciudad de Nueva York, yo soy Marco Vinicio González.


Fuente: Radiobilingüe