lunes, 5 de septiembre de 2016

EMPEDRANDO EL CAMINO: EL DIPLOMADO COMUNITARIO DE PROMOTORES EN TELECOMUNICACIONES Y RADIODIFUSIÓN


Por: Jaime Martínez Luna

Hace más de una década, los pueblos originarios decidimos escucharnos. Nos cansamos de escuchar sólo a los otros. Sí, a los que diariamente nos convocan a consumir productos desconocidos e innecesarios para conservar la vida. Los mensajes de que lo nuestro no era más que ignorancia, marginación, analfabetismo, pobreza, etcétera. La música que alentaba a mantener adicciones, y valores totalmente ajenos a nuestros principios de compartencia, de construcción cotidiana, de gozo colectivo, de lo que siempre producimos en colectivo y compartimos con todos. A seguir siendo convencidos que lo mejor está fuera de nuestras comunidades.

Entre todo lo ajeno que nos llegaba desde los cuarenta del siglo pasado, decidimos apropiarnos del instrumento que utilizaban para apagar nuestra alegría, nuestras capacidades: la radio, la televisión, el teléfono, por supuesto. Con mucha decisión, en la actualidad, sólo en Oaxaca, más de 100 estaciones de radio habitamos el espectro de nuestras montañas y valles. 

La lucha por sobrevivir no ha sido fácil. La radio comercial no acepta competencia, mucho menos que se les arrebaten consumidores. Sin embargo, estamos empeñados en defender lo propio, lo que producimos y nos da vida.

  

El uso de la radio nos trajo otras necesidades, principalmente su mantenimiento. Sí, las radios requieren apoyo técnico, y como se pueden imaginar, logramos establecerlas, pero su mantenimiento técnico, incluso financiero, no ha dejado de quitarnos el sueño. Por ello, para subsanar esta deficiencia y para prepararnos en aspectos que se vinculan directamente con nuestras transmisiones diarias, decidimos varios organismos abocados a la telecomunicación comunitaria, realizar un Diplomado para Promotores Técnicos en Telecomunicaciones y Radiodifusión. 

Prepararnos en estas lides implica enriquecer nuestra labor, conocer más herramientas para realizarla pues, en un corto plazo, han mostrado un beneficio directo a la armonía comunitaria que el consumo de lo externo había debilitado profundamente. No podemos cantar victoria todavía, pero hemos empezado a caminar nuestro propio sendero, el que había sido distorsionado por consumir audio e imagen con un objetivo claro: el sometimiento. No solo al Gobierno central, sino a la lógica de razonamiento y a la información, que les fortalece en el poder.



La conciencia que hemos heredado de nuestros ancestros, el conocimiento de nuestros sabios, las decisiones de nuestras asambleas, el trabajo constructivo que todo comunero realiza, las fiestas que exponen nuestro grado de bienestar y la reciprocidad, que en todas las dimensiones de la vida, califica nuestra existencia, tendrá en el servicio de radio, televisión y telefonía comunitaria, el micrófono, la cámara, la voz y la imagen cotidiana para su consolidación y crecimiento. 

Este Diplomado es una piedra más que colocamos para que nuestro camino sea más definido y tenga menores obstáculos. Un paso más para que nuestras telecomunicaciones sean aprovechadas por todos los mundos que habitamos el planeta, aquellos que deseamos compartir la belleza existente en la diversidad de razonamientos, de culturas o de modelos de vida.

* Fotografías: Daniela Parra

Fuente: Comunicares